Cómo gritar por dentro: I

Si cada vez que explotase dejase una mancha de pintura, mi vida sería un cuadro de Kandinsky. Ay, espero que algún día te des cuenta de lo que teníamos, y grites tus arrepentimientos hasta que se te sequen los pulmones (le dije, y luego me lo repetí a mí misma. Perdimos todo). A veces necesito romper con todo. Romper silencios, romper promesas, romper esperanzas. Es increíble, que no todo aquello que haga daño, sea malo. Recuerdo ponerme con confianza una soga alrededor del cuello, olvidando que detestaba estar atada a algo. El nudo corredizo se aproximaba a mi piel cada vez que me desbordaba del vaso. Últimamente me aprieta mucho, sabes. Me falta el aire, las ideas fluyen a trompicones, las acciones ocurren ralentizadas. Mi corazón sigue latiendo. Hace el sonido de un martillo. Me golpea por dentro, a veces con más angustia. Quiere salir, pero no sabe cómo. Yo también quiero, pero tampoco sé. El gran trecho entre el querer y el saber. Mi amor me asfixia, se aferra a la soga y la aprieta. Ojalá pudiese plasmar en un sitio "¡Ayúdame, estoy viva!", pero no llamaría la atención de nadie. Nadie vendría a deshacer esta condena que cuelga de mi alma. ¿Es normal estar vivo? Existir y vivir, son términos a confundir. La gran mayoría existe, vagamente, siguen sus días, se acaba su cuenta atrás. Otros, luchan por salir de ese molde. Existir, todos existimos. Vivir, sólo unos pocos. Vivir hace daño, pero es increíble que no todo lo que haga daño, sea malo. Y, ¡bum!, de repente, todo lo que (había entre dos corazones) se esforzaba por no ahogarse en el olvido, muere. Se hunde en gris. Vuelve a las cenizas de dónde se formó. Le cojo de la mano. Ojalá pudiese abrir mis entrañas, mostrarle las mareas y tormentas que concurren en mi interior. El agua suele desbordarse su mirada, ya de por sí, acuosa. No me claves más malas intenciones, por favor. Espero que algún día nos demos cuenta de lo que teníamos, y gritemos nuestros arrepentimientos hasta que se nos sequen los pulmones. Perdón por ponerte en mi infierno, no sé permanecer en silencio cuando mi corazón está hablando.