sábado, abril 11

Miss Monet


Ella quería ser algo preciso, cuidando de ser también precioso, algo que no pasara desapercibido (en el buen sentido) y que marcara un punto y coma en medio de la existencia humana. Un sitio dónde los demás pudiesen parar a respirar del huracán al que llamamos vida. Es un huracán de experimentos, de creatividad y de miedos, seguido de una lluvia de decepciones. Ella quería ser todo eso. Quería amoldarse en lo que se considera "bello" y luego explotar el sistema. Quería manchar todo lo que tocaba con las palabras que nos guardamos y nunca ven la luz. Quería asustar al mundo siendo realmente como ella era, porque al parecer, nadie se atrevía a serlo. Su cabeza era una catástrofe, intensa pero ordenada, que dictaba que tenía que cambiar la dirección de las mareas, revolver el cielo, mover montañas, y deshacer nudos en las arterias de las personas. Sentía que debía, pero se le antojaba imposible. Sí, quería asustar a la gente mostrando lo que es ser la verdad en persona, pero el secreto, es que ella también estaba asustada. A veces, pretendía huir de sí misma, yendo a diferentes lugares. Y oh, qué equivocada estaba. El miedo es algo que uno se reserva para sí mismo, y así vamos. De cabeza al precipicio.

Ella quería ser algo preciso. Pero no se daba cuenta de que era arte. De pies a cabeza. Cada átomo de su cuerpo confeccionaba una pincelada, que realmente no tenía ninguna función, a no ser que la miraras desde más lejos. Era puro arte. En la forma de reírse, de pensar interiormente, en la incapacidad de dormir, en su intención de revolución floreciente. Una pequeña obra maestra. Puede que no fuese el centro de las miradas, pero aquellos que sabían observar y apreciar cada trazo de su conjunto, no podrían olvidarse jamás de ella.


3 comentarios :

Amor animi arbitrio samitur non ponitur.