martes, febrero 11

Unrelenting,

Tan sólo estabas enamorado de mis ruinas,

lo demás ya lo demolieron otros martillos.
~
Ya venías preparado. Llevabas el pañuelo atado a los ojos, una expresión desconcertada en tus facciones y el arma con el gatillo apretado. Un acto febril, incontrolable, implacable. Efímero. Casi intangente. Disparaste. ¿Por qué? ¿No te has dado cuenta de que lo único que me quedan son ladrillos y trozos de amargura dispersados? Quizá lo hiciste con afecto, pensando que aquello no podría herirme. En efecto, no lo hizo. Tantos disparos anteriores hicieron de titanio mis muros. Pero no te contentabas ni con romper diamantes con tus manos. Querías tener aquello cuya sombra no caía jamás, pues siempre estaba en pie. Siempre aspiramos a lo que nuestra mano no puede poseer. Y no es que porque yo fuera inalcanzable, sino porque, paulatinamente, me había desvanecido cómo el día, ante tus ojos ciegos de avaricia.


4 comentarios :

  1. Me gusto el texto, aunque se me hizo algo dificultoso leerlo por la imagen que hay del lado izquierdo del blog que tapa algunas letras y palabras de la entrada, de todos modos, muy lindo, me gusto la forma en que te expresas!!!!
    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias, y perdón por lo de la imagen, para hacerla más pequeña pulsa Ctrl a la vez que al símbolo menos (-) y la página se hará más pequeña.
    Me alegro de que te haya gustado, besos xox.

    ResponderEliminar
  3. Pues a mí más que tus ruinas me gustan tus palabras y tu gusto musical :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No tengo palabras, de verdad. Al principio eran un recuerdo histórico, ahora sólo escombros (las ruinas digo.)
      Feliz revolución.

      Eliminar

Amor animi arbitrio samitur non ponitur.