martes, mayo 26

Cuando muera, seguramente querré ser el primer testigo de pisar el suelo no terrenal. Me aferraré a las sábanas de la cama que acoge mi cuerpo yacente como si la vida se me fuera en ello. Pero la tela se me escurrirá de mis desgastadas manos, y caeré en aquello que se esconde tras la imaginación de la humanidad. Luz u oscuridad. Y me diré a mí misma: "Ah, con que esto era lo que había esperando al sonar la última diástole". Y querré volver, y contar a todos qué ocurre con nuestras vidas, a dónde van los sueños de las personas que mueren, y cómo brotan nuestras terminaciones nerviosas con más vivacidad que nunca, desvaneciéndonos en el vacío. Y mientras tanto, nuestros hilarantes restos humanos, se transformarán en inútil polvo.


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Amor animi arbitrio samitur non ponitur.