sábado, enero 3

la petite mort.

Suenas repiqueteando entre la paredes de mi corazón, intentando escapar de mi ser. Oh, mi amor, cuánto me gustaría dejarte ir, pero me temo que al marcharte te dejaré una marca imborrable en los párpados, y así cada vez que cierres los ojos, mi imagen vendrá a tu mente. Y no me siento nada bien con esta forma de amar, que pasó de ser caprichosa a conveniente. Cómo alguien a quien amé tanto se ha podido convertir en un juguete en mi estantería. Le uso de vez en cuando, en esos momentos de aburrimiento y nostalgia, y acepta sin saber que mi dependencia por él acabó hace ya mucho. Me pregunto cuánto más tiempo podré mantenerme entre tus brazos pretendiendo que necesito estar ahí, cuánto podré contar los lunares de tu espalda sin perder la cuenta, cuánto podré fingir que las noches sin dormir son por ti.
© ilustración de sara herranz

3 comentarios :

  1. Sin duda, el final ha dado un giro inesperado.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar

Amor animi arbitrio samitur non ponitur.