jueves, noviembre 13

affliction.


Pero has convertido mi corazón en luna, con sus cráteres y resquicios, por dónde entran y salen a su antojo suspiros y lamentos, sin seguir ningún patrón. Seguramente las estrellas de ese firmamento no vuelvan a brillar como solían hacerlo, y me olvidaré de cómo se leían, y de cómo se leía tu mirada, pero puede que eso ya no te importe.

Y mi mente se ahogará en este mar de desesperación crónica, contaminado con tu petróleo y tu sonrisa. Atacando como un ácido las entrañas. Y esperaba que de algún modo u otro pudiese respirar, pero la esperanza ya la perdí hace mucho.

No me importa sufrir, no me importa esconderme en mis recuerdos oxidados, pues te quiero demasiado para decir adiós, pero este fuego comienza a hacer daño. Quema, consume, destruye y devuelve al polvo todo aquello que un día me trajo la calma, el cielo claro. La llovizna ya ha empezado, pero la llama sigue viva, buscando terminar con lo poco que me queda.

Me he conformado a tragar angustia mezclada con veneno. Me he conformado a hacer cualquier cosa, si con ello te mantienes conmigo. Pero realmente, nunca decidiste quedarte.

Seguiré avanzando en esta cadena perpetua, condenada por quererte, destinada por depender de ti, pero lo único que tengo claro es que el juez de esta historia eres tú.

2 comentarios :

  1. Que no sea una condena, que sea la justificación de todos los 'pero', vale, pero que sea porque lo has elegido tú.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y el mayor testigo de nuestros crímenes, somos nosotros mismos. Desgraciadamente, solemos andar ciegos en ese sentido.
      xxx

      Eliminar

Amor animi arbitrio samitur non ponitur.