Si pensamos en la vida de un pez, nos parecería aburrida. Nadan de un lado a otro, su objetivo en la vida es alimentarse y permanecer a salvo, lejos de depredadores. Incluso estúpida. Pero si lo analizamos más detenidamente y la comparamos con la de los humanos, nos damos cuenta de más cosas. El ser humano vive en constante preocupación y sufrimiento, e intenta ser perfeccionista hasta niveles inimaginables. Y nunca alcanzamos la felicidad, ya que siempre ansiamos más y más, y nuestra ansia nos consume paulatinamente. Volvamos al pez. Nunca se preocupará por gustar a los demás, ni hacer todo a la perfección. Tan sólo querrá hacer sus dos metas en la vida: vivir y comer. Así, al fin y al cabo, los peces son en parte, más inteligentes y felices de lo que somos nosotros.
Estos textos se me ocurren por leer demasiados capítulos seguidos de El Principito.
La verdad es que si, los peces viven sin preocupaciones, tirando pa'lante, nosotros nos complicamos. ¿Pero no son las complicaciones las que hacen a esto que llamamos vida más entretenido? Buena entrada, me ha hecho pensar.
ResponderEliminarEspero verte por mi blog, un besito :)
Tendemos siempre a complicarnos, la teoría de comportamiento del ser humano.¿Por qué? Quién sabe.
EliminarGracias por pasarte, me alegro que te haya gustado :)
Claro, ahora me paso <3