sábado, marzo 8

V, I.

   Quizá nadie sepa realmente cuando o dónde, pero en algún momento y en algún lugar, se comenzó a escribir la historia de dos hermanas gemelas. Bueno, no exactamente gemelas, más bien una se transformaba en la otra, y viceversa. Es la historia de Vigilia e Insomnia. Vigilia, por un lado, acompañaba a las personas a todos lados, vivía en sus pensamientos, era la distancia entre el suelo y la suela de sus zapatos, la línea entre la vida y la muerte, y la curva luminosa que formaba la sonrisa de la luna, la noche anterior de ser nueva. Se sentaba en el borde de la ventana de nuestras habitaciones, a la espera de la ausencia del sol. Entonces, para algunos, Vigilia desaparecía hasta el día siguiente, pero para otros, enseñaba su faceta oculta, Insomnia. Ella deambulaba por el borde de los precipicios bajo un manto de estrellas, era el día treinta y dos de enero, hablaba de puntillas sin abrir la boca, bailaba sin cuidado en la superficie de un océano indomable. Como se sentía sola, decidió acompañar a aquellos cuyo corazón estaba inhabitado, a los de la sonrisa vacía, y las ojeras tristes. Se sentaba a su lado, jugaba con sus pensamientos y sus intentos de conciliar el sueño. Sabía como sonreír dulcemente, meciendo sus sueños en una frágil tela de araña. Cuando el sol se asomaba, Vigilia llegaba, pero no es lo mismo, para los que Insomnia cantaba en la ventana.


Últimamente he estado un poco perdida de Blogger por la única razón de que estaba de exámenes y me estaba preparando el FCE (B2 de inglés), que por cierto ha sido hoy. Y ha sido catastrófico. Me ha inspirado para escribir esta entrada, ya que más que tiempo, el examen me ha robado horas de sueño interminables.

2 comentarios :

  1. Dios, me ha encantado, es muy bonito.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, al estar tanto tiempo sin escribir me ha venido la inspiración como un aguacero.
      Feliz revolución.

      Eliminar

Amor animi arbitrio samitur non ponitur.