lunes, octubre 14

Haven't you seen me sleepwalking?

Nos tiramos la vida entera intentando complacer las expectativas de los demás, gustarles, y cumplir el ideal de belleza de la sociedad. Luchas contra uno mismo, contra contener las lágrimas, huyendo de críticas y opiniones. Crecimos refugiados en nuestras paredes, temiendo que alguien viniera, las rompiera y descubriera la realidad. ¿Acaso no es eso lo que importa? Todos cubiertos por una falsa máscara, que solo muestra la apariencia. Aquellas personas a las que crees que conoces realmente, no tienes ni idea de lo que te esconden. Quizá sí, hayas logrado que abrieran su corazón para ti. Pero en la mayoría de las personas, tan sólo conocemos lo que quieren aparentar. ¿Eres capaz de mirar en el interior de los ojos de alguien, y saber que ocultan en su corazón, cuántos remiendos y cicatrices tiene? No, no tenemos ni la más mínima idea por lo que han pasado. Y por eso, me enseñé a mí misma a no juzgar a una persona antes de conocerla a fondo. Por lo cuál, tan sólo he tenido el privilegio de juzgar a unas pocas. De forma positiva. Un día nos daremos cuenta que las opiniones de los demás no valen ni las calorías que quemaron sus cerebros para realizarlas. Y tan sólo sirven para odiar a nuestra persona.

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Amor animi arbitrio samitur non ponitur.