Yo no sé ni para qué voy a clase. No hacemos ni el huevo, ni siquiera la tortilla. ¿Pero algo tendréis que hacer, no? NO. Llegamos, nos sentamos donde queremos y que nos den por... Saco. Tal es el nivel de aburrimiento que hemos alcanzado que nos hemos puesto a pintarnos los brazos y la parte visible de la espalda llenas de estupideces. Yo, por ejemplo, tengo una pedazo de flor en el hombro (?) Y mi nombre puesto a lo largo del brazo. Lo único bueno es que nos han llevado a ver 3MSC. Menos mal que mañana es el último día... Y poder despedirme por una temporada de aquello que más odio... El Instituto.
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Amor animi arbitrio samitur non ponitur.